Carta abierta. A ustedes, hipócritas. Fui criada por una
reina y sólo por una reina... así que me declaro princesa, con mucha altura y
muchos principios. Vergüenza les tendría que dar, VERGÜENZA. En lo personal, a
mí me da vergüenza ajena porque después de todo estamos unidos por lazos de sangre. Toda mi vida observé en silencio, pero sepan que
siempre vi todo lo que hacían. Si nunca me tomé dos minutos para dedicarles
unas palabras fue porque estaba ocupada construyendo lo que soy, lejos de sus
tinieblas. Agradezco haber sido criada por esa reina, la misma que quisieron
derrocar miles de veces pero nunca pudieron. Gracias a ella soy la mujer que
soy, llena de defectos y virtudes pero transparente. Eso soy y me enorgullece.
Nunca voy a entender su falta de vergüenza y amor propio... después de todo y
de tanto, ¿aún les quedan ganas de seguir haciendo daño? un poquito de humanidad, por favor! No me
extenderé mucho más porque quienes me leen (los soñadores) no merecen leer
estas palabras. Lo hago público para que todos sepan que detrás de mi silencio aparente
hay vergüenza ajena. "Vieron lo que escribió la nena en Internet?"...
comenten y agranden, que para eso sí sirven. La nena creció e - incrédula -
mira cómo las hienas se alimentan... de basura, por supuesto. Sigan hablando
que las máscaras se cayeron hace mucho tiempo. Lo único que le pido a Dios es que nos mantenga
alejados de personas como ustedes. No se sorprendan si por las calles no los
reconozco, hoy me declaro libre de sus sombras.
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