Hay una parte dentro mío que
parecería sentirse a gusto estando en la típica posición de víctima:
"pobre de mí, lo que me tocó vivir"; y hay otra parte que me dice a
gritos: "Estaría bueno que dejes de quejarte y tomes el control de tu
vida". Qué dolor! qué tremendo y cruel es enfrentarse con uno mismo a
veces. Hay una parte mía que está acostumbrada a soportar situaciones y
personas insoportables; y hay otra parte
que está cansada de soportar, esa otra parte no encuentra un sólo motivo para
tener que soportar, ni uno sólo. Una parte dentro mío posee una casa llena de baúles
de recuerdos, culpas y penas; la otra
parte mía tiene un pasaje sin destino guardado en el bolsillo. Una parte mía quiere
entender la razón de todo en el mundo; la otra parte no quiere entender nada,
no le interesa, lo único que quiere es disfrutar. Una parte mía siempre está
dispuesta a escuchar; la otra parte mía
quiere que la escuchen. Una parte dentro mío sólo piensa en el pasado; la otra parte mía está ansiosa por vivir el presente. Por fin, una parte mía necesita descansar; la otra parte mía se frota las manos y sonríe.
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