2/10/10

O con Dios o con el Diablo

Y parecería que hay gente que no quiere existir. ¿Blanco o negro? ¿Guerra o paz? ¿Es malo o bueno? ¿está bien o está mal? ¿Sí o no? ¿Dios o el Diablo?; siempre responden de la misma manera: con una sonrisa. Y siempre me pregunto qué hay detrás de esa sonrisa y llego a la misma conclusión: intenciones de quedar bien con todos. Es cierto que somos grises, en la vida tampoco todo es blanco o negro, pero... ser tan neutral en todo, a veces me parece un signo de hipocresía. Intenté "alejarme de los problemas" (excusa de la gente demasiado neutral) y me limité a sonreir, a no opinar demasiado respecto a nada, a escuchar y aceptar sin muchos rodeos... pero no pude, sentí que le faltaba el respeto a mi propia persona. No pude sentirme bien sonriendole a Dios y al Diablo, no pude evitar las ganas de opinar frente a quienes se burlaban de lo que interiormente yo pensaba. Me di cuenta que adoro meterme en problemas si de pensar y opinar se trata, entendí que pensar diferente al otro y dialogar al respecto me hace existir. Me gusta que la gente que me rodea sepa que "ella es asi y ella piensa asi"; me gusta saber que quienes me rodean existen siendo totalmente opuestos o parecidos a mí. No me gusta fingir sonrisas, ni quedarme callada para quedar bien; para quedar bien, de hecho, hay que hablar y saber hacerlo. Y es imposible y poco recomendable simpatizarle a todo el mundo. Me di cuenta que no se puede quedar bien con Dios y con el Diablo al mismo tiempo, al menos, no me gusta. Me di cuenta que me gusta existir.

2 comentarios:

  1. yo aprendí que vivimos en un mundo que cada día se desintegra más... también aprendí que cada persona es un mundo complejo y cada uno hace su mundo viviendo, existiendo. cuál es el sentido de todo esto? supongo que haciéndonos preguntas, poco a poco, eso siento, que las respuestas se van dando a conocer mientras nos animamos a hacer algo de esto que somos aunque no lo comprendamos del todo. agradar a todos no creo que sea posible. sonreír... callar... son cosas que yo hago. por qué? sonrío por las alegrías, callo a veces para no lastimar, y porque las palabras son mentirosas. defender lo que creo, lo hago siempre. defender lo que amo y luchar por lo que quiero, a pesar de mis debilidades. crisis, a menudo. muchas ganas de existir, muchas preguntas, algunas respuestas, viajes de ida y vuelta hacia adentro mío. descubrí que el silencio habla, grita. en este mundo descubrí que también los silencios te reducen, que a pesar de que la palabra es tirana, es un medio para que ese grito que tenemos todos muy dentro, salga, se anime, haga algo que sirva. a pesar de que a veces prefiera vivir en mi mundo, mi mundo es también el mundo de los que me rodean. así que también me gusta la idea de existir, de sonreír y de tomar la palabra. me di cuenta que soy contradictoria también, por las dudas

    ResponderEliminar
  2. Comparto muchas de tus reflexiones Carito, también me considero una persona contradictoria. Hace rato hablábamos de las crisis constantes que vivimos, de que no somos los mismos nunca, de que tal vez jamás encontremos un equilibrio…
    La división Dios y Diablo me hace pensar en moralismos: lo bueno y lo mano. Definitivamente jamás estaremos de acuerdo con lo que implica cada uno, por eso prefiero dejar de lado la cuestión ética y moral.
    Si, hay códigos comunes y hay convicciones profundas dentro de cada ser humano. Siempre que me respeten y esté tranquila con mi conciencia porque respeté, no me interesa juzgar el accionar de las demás. Y no me interesa porque antes prefiero yo misma mirarme cómo actúo, y es evidente que no soy el mejor ejemplo de ciudadano… porque no siempre que me equivoqué pedí disculpas, porque he dejado pasar muchos silencios para no herir o simplemente porque no me salía la voz (que me pasa con mucha frecuencia, y no iré en contra de mi naturaleza), porque a veces sonreí hipócritamente para no “echar más leña al fuego”, ¿para caer bien? y yo me pregunto ¿por qué negar una sonrisa a la gente que no me cae mal? y cuando me ofendieron tal vez quedé en silencio, pero como dice Caro, los silencios también gritan. Hago un recuento de mis sonrisas… también sonreí a personas que sé que jamás me devolverán alguna, a personas que les cuesta sonreír, a personas hipócritas que me sonrieron… Me reí queriendo y sin querer, a veces herí mucho, otras ni me di cuenta que herí.
    Por otro lado, no opinar no significa mantenerse en una actitud neutral, también allí mostramos una posición política frente a la situación. No hablar dice mucho, aceptar sin rodeos también y a veces lo hacemos para no faltarle el respeto al otro más que a uno mismo, para no “empeorar” las situaciones. Estoy a favor de hablar las cosas, pero cuando no hay iniciativas del otro por hablar, por solucionar los problemas, cuando aturden los silencios incómodos, cuando el desinterés o el orgullo prevalecen sobre nosotros mismos, cuando esperamos que el otro tome la iniciativa, cuando nos guardamos las cosas adentro por temor a ser rechazados, tampoco sirve de mucho buscar el diálogo.
    Jamás podemos quedar bien con Dios y con el Diablo a la misma vez. Pero la tensión por estar con alguno depende de que tan bien te trate Dios y si el Diablo no te deja solo en los momentos que más necesitas de alguien. Depende de cómo lo ven a Dios los demás que no sea uno, depende de nuestro propio estar bien, tal vez sea egoísta decirlo, pero hay gente que se contenta viéndote mal. Quien mejor que la gente cercana para corregirte, para ayudarte a ser mejor persona, decir las cosas de frente, y hacer lo mismo. Pero eso no les da derecho a ponerse en el lugar de juez, porque cada uno es libre de sus propias acciones, y si no caen bien las actitudes del otro, también es libre de alejarse y buscar a alguien con la misma virtud moral.
    Personalmente, y con esto concluyo, si alguna vez ofendí con mi risa, mis palabras o mis silencios, pido disculpas. Tengo la esperanza de vivir en una sociedad donde el diálogo prime por sobre todas las cosas, sin prejuicios, donde las diferencias coexistan pero no traten de eliminarse, donde podamos comprendernos un poco más en nuestras lógicas de pensamientos (y no esperando peras del olmo). Tengo la esperanza de ser mejor persona.

    ResponderEliminar