23/4/12

Yo jugaba a ser grande

Dice Serrano en una canción: "tus ojos se tiñen con el viejo color de la infancia, nostalgia del tiempo en que todo tenía respuesta, en que era más largo el verano y más pequeño tu mundo... y unos pasos seguían siempre de cerca los tuyos". Palabras tan bellas y tan ciertas. 
Los seres humanos, cuando somos pequeños, tenemos la fantasía de crecer rápido. Cumplir un año significaba ser un poco más adulto y, por ende, estar cada vez más cerca de la independencia de nuestros padres. Ahora, a días de cumplir 21 años, pienso en mi niñez y me da nostalgia; ¡cuánto daría por volver el tiempo atrás! Disfrutaría mucho más de cada instante. Cuando nos caíamos y nos lastimábamos, llorábamos desconsoladamente hasta que mamá venía a levantarnos con un abrazo. Nuestra mayor preocupación era aquella compañera de la escuela que nos sacaba la lengua todos los días. Nuestra agenda diaria estaba ocupada con un par de programas y dibujitos animados que "teníamos" que ver. Nuestra mayor responsabilidad era ser buenos alumnos. La situación más terrible ocurría cuando mamá nos decía una vez por año: "tenés que dejar que te saquen sangre". Nuestro peor enemigo: el dentista. El miedo más oscuro era perder de vista a nuestros padres. La obligación más molesta era tener que acomodar nuestros juguetes después de haberlos desparramado por toda la casa. Nuestra inquietud más grande era saber por qué nuestros padres se ponían nerviosos cuando alguien decía la palabra "sexo" delante de nosotros. Nuestros mundos eran tan pequeños...
Luego las cosas cambian bastante. Nuestros mundos se vuelven enormes: ya no nos caemos al suelo, ahora nos derrumbamos anímicamente; ya no nos interesa si alguien nos saca la lengua, aprendimos a ser indiferentes; nuestras agendas están ocupadas con horarios de trabajo y de clases; nuestra mayor responsabilidad es ser alguien en la vida y encontrar la felicidad; discutimos a menudo con nuestros padres tratando de romper sus esquemas; algunos ya somos amigos de los médicos a quienes visitamos periódicamente; la obligación más molesta es tener que pagar por todo en esta vida; y nuestra inquietud más grande: ¿cuál es el sentido de la vida?. 
Y pensar que cuando era chica, yo jugaba a ser grande.

1 comentario:

  1. muy lindo ,cuantas verdades....realmente hermoso lo que escribis.

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