A veces tengo la
capacidad para diferenciar las cosas importantes de las que no lo son.
Últimamente me cuesta. Estos últimos días estuve durmiendo poco,
preocupada por entregar trabajos de la facultad, nerviosa, creyendo que el
tiempo no me alcanzará para hacer todo lo que tengo que hacer, obsesionada con
una coreografía que no me salía... tantas cosas en la cabeza que ni cuenta me
di que no como ni descanso como debería. Entonces te sentaste en la cama al
lado mío, mientras me acomodabas un pañuelo húmedo en la frente para que baje
la fiebre... y me retaste. En ese momento no me gustó, es duro afrontar ese
instante en el que alguien te grita una verdad. Pero... tenés razón, toda la
razón, no me cuido lo suficiente, me paso los días preocupada, ansiosa y me
olvido de disfrutar. Me puse a pensar qué cosa es realmente importante y me
bastó mirarte para darme cuenta. Esta mañana, antes de irte, dejaste preparado
un té y galletitas con queso para mí, también me recordaste que debía tomar las
pastillas que me recetó el médico por mi resfrío. Mientras desayunaba, me puse
a pensar en todo lo que hiciste este fin de semana. Faltaste a tus clases para
acompañarme a una clínica, sabiendo que esos lugares me aterran. También te
enojaste conmigo por ser tan testaruda y me dijiste que tomara una ducha para
que bajara la fiebre... cuando salí del baño, habías preparado la cama para que
me acueste de nuevo. Me acompañaste a una modista para que me probara un traje
de baile y luego soportaste mi mal humor e histeria porque ese día no me
gustaba nada. Me escuchaste y tranquilizaste cuando me puse a hablar de mis
miedos infantiles... y podría seguir enumerando situaciones similares hasta el
cansancio.
Todavía me pregunto qué es lo que
realmente importa? hay una canción de Arjona que me encanta: "Hoy me fijo
un poco más en tu mirada, en las huellas que dejan tus pies descalzos, en el
gesto que pones cuando te enojas... Por andar por las nubes, uno se olvida del
suelo y de saber que tu propia casa es la sucursal del Cielo". Vos sos la
sucursal del Cielo. A propósito, sabes que estoy algo enojada con Dios por otros
motivos (insignificantes ahora que lo pienso)... cuando te miro, me olvido de
cualquier enojo que pueda tener, sólo me surge la necesidad de agradecer porque
te cruzaste en mi camino. GRACIAS por ser quien sos y por amarme asi, gracias
por recordarme que las pequeñas cosas nos agrandan la vida. Espero que me
alcance la vida para devolverte tanto...
Te amo es poco.